Me encuentro solo, con mis recuerdos, mirando al mar, e intentando repasar cada uno de los puntos que me ha llevado hasta aquí. No. Rotundamente no. No han sido mis anhelos ni mis perspectivas, ni siquiera mis inquietudes las que me han dejado desparramado sobre la arena, como deja el mar una de esas olas recurrentes. No tan solo me siento perplejo ante lo que es el comportamiento humano. Entiendo, desde hace ya mucho tiempo, que el modo de estructurar las ideas y los deseos por parte del mundo femenino,…
