Poemas a mi caballo I

Recuerdo de mis caballos. Todos ellos fueron una parte muy importante para acompañar mi soledad. Esa soledad que te acompaña toda tu vida, en determinados momentos. Ahí va este pequeño poema, a un caballo que me dejó compartir, mi gran amigo y mentor en la hípica, D. Rafael Jurado (RIP).

Muy de mañana, temprano
con la garrocha ceñida
y las riendas en la mano
salen las cabellarías
a las labores del campo
Entre la jara y las sombras
va despertando ya el día
y a lo lejos se vislumbran
las reses que desperezan
en corros junto a las crías
Ya se corren las becerras
y se acosan y derriban
que aquél le hace un marrón
y el amparador recoge
la becerra que se avía
Y se revuelve en un metro
y se encara y me porfía
y con movimiento tenso
en el pecho le arremete
al caballo de salida
Y el caballo que se duele
que con la muerte camina
y se enfrenta a la vaquilla
demostrando ser torero
cuando desangra su vida.
Trece meses hacen ya
y nuevo caballo tengo
que ya se deja ensillar
y con el pasito lento
a las vaquillas se acerca
y hasta siente ya su aliento
Pero me queda aún el recuerdo
que no puedo ya olvidar
de aquel caballo vaquero,
que por quererme salvar
perdió su vida en el cerro

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