Despropósitos de la razón…, o del razonamiento

voltaire_300Desde las votaciones de diciembre y ahora las de junio, lo que resulta un insulto colectivo a la razón, es la sinrazón que se propone con evidentes manipulaciones de medias verdades que son las que crean esta actual situación.

Se mezclan conceptos como ciudadanos, políticos y partidos, con resultados electorales, con lo que yo entiendo resulta una «paradoja ideológica conceptual declarativa protocolaria de algoritmos esotéricos y como poco declaratoria«. Me entendieron?…, pues yo tampoco entiendo ninguna las justificaciones que constantemente escucho y leo y me explico.

Estando de acuerdo, con que en las elecciones de 2011, casi seis ciudadanos, de cada diez, seleccionaron al PP, para que gobernar el país, solo los de Madrid lo hicieron a M. Rajoy y como consecuencia de las últimas votaciones, tres de cada diez lo han hecho en esta ocasión del mismo modo. La consecuencia de ello resulta evidente: siete de cada diez ciudadanos entienden que el PP no debe seguir en el gobierno o al menos que necesariamente fuera M. Rajoy quien se propugnara como Presidente, por el partido.

Dicho de otro modo, el resultado de estas elecciones de Junio, hubieran sido las mismas si se hubieran cambiado los candidatos?. Si los que se presentan son poco proclives a pactos y entendederas, quizás otros podrían mejorar la situación y hacerla algo más fácil. Entiendo que el cambio de voto de más de un millón de ciudadanos, tiene algo que ver con este aspecto del tema. Son las personas o son los partidos los que no se ponen de acuerdo. Negarse a negociar o hablar en un sistema democrático, resulta contranatural.

Llegar a esta conclusión es fácil, pero nuestra historia y nuestra idiosincrasia nos demuestran que si bien la unión de los partidos que se definen como «de centro-derecha«, resulta fácil y siempre encuentran ocasiones de consensuar sus actuaciones, los partidos de «centro-izquierda«, no me pregunten la explicación, pero jamas han conseguido llegar a las mas mínimas conjunciones, motivo por el que en situaciones pasadas, como en las actuales, el problema no está en conseguir que la izquierda se una, que resulta bastante poco razonable según se aprecia también en nuestros días, corroborando lo antedicho.

montesquieuEn tiempos pasados pero cercanos, ese «centro-derecha» que supo tratar el tema de las identidades y como consecuencia de ello consiguió su apoyo central, además o quizás por los frentes que la crisis nos abrió en el terreno Europeo, permitió  que se abrieran otros frentes en el interior. Consecuencia…, demasiados fuegos y frentes abiertos que impiden que cualquiera de esos frentes pueda valorar siquiera establecer una tregua y entonces se pretende un contra natura ideológico, apelando al patriotismo centralista y la unión de España.

Pero dicho esto, que resulta más eficiente, bloquear e imposibilitar el gobierno o ejercer una oposición radical desde la prepotencia que da una sugerente mayoría de «centro-izquierda». O esa opción supone dejar abierta la posibilidad de  mostrar una cierta talla política y en ese devaneo de la oratoria y la clarividencia que supone el Parlamento, podría ser el punto de partida del principio del fin de algunos políticos.

Creo que cuando la pelea está en el propio bando, no puede estar la solución en buscar el apoyo del enemigo. Pero también el no tener una clara hegemonía ideológica y/o dialéctica puede dar pié a desconfianzas en determinados partidos, en la creencia de perder credibilidad social para las próximas elecciones.

Quizás hagan falta mas horas de diálogo o cesiones a demasiadas intransigencias, que justificadas en un momento dado, por la situación del país, quizás ahora es el momento de paliarlas o aminorarlas. La política es el arte de decir Diego donde dije digo y hoy puede ser un buen día para ello.

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