De nuevo al quirófano

La mayoría de las veces, pese a que la estadística diga lo contrario, la ley de Moorphy se confirma y esta vez no podía ser menos. De nuevo al hospital. La pregunta entonces es, «ehhh, porqué?», pues por una simbiosis de circunstancias todas ellas conjugadas por el propio interés de una amabilidad corporativa que hace que nos saltemos los protocolos que funcionan y como consecuencia de ello, pues, a componer lo descompuesto de nuevo.