Hoy he oído pronunciar en el foro político la palabra «maniqueísmo» y pensando en ella, he querido conocer algo más en cuanto a su significado, interpretación y contenido.
El porqué de mi interés lo comentaré más tarde, pero tiene algo que ver con la persistencia en nuestro entorno socio-político de las voluntades contrariadas, que unas veces se denominan «rojos y azules» u otras «derechas e izquierdas» cuando el resto del mundo está en otros conceptos que a nosotros nos llegarán, entre cincuenta o cien años después que al resto, como así lo demuestra nuestra historia.
España, en mi opinión, perdió el carro de la gran revolución sociológica que supuso en el mundo entero, la revolución Francesa, con cambios sociales, culturales o legislativos, o incluso, no supo sobreponerse a lo que pudo ser la revolución socio-cultural como consecuencia de su propia potencia mundial en el siglo XVI, que terminó, como no, en prepotencia y expolio. Tampoco, si vamos algo más atrás, supo acometer los cambios revolucionarios que supuso el Imperio Romano, y que en muchas de las ocasiones, fueron propuestas por Césares Hispanos, pero que guardaron con celo su no aplicación en nuestra península, pero lo peor es que ahora, a día de hoy, no se está dando cuenta del cambio que se está produciendo, aunque ciertamente no sabemos hacia donde va, pero existe, en cuanto a razones, valores, conceptos, intereses, opciones,…; y que de forma inexorable, se acerca a nosotros, como mancha de aceite que poco a poco penetra en nosotros, aunque se empeñen en indicarnos que no es de día, por el mero hecho de estar muy nublado.
No seré yo quien pueda hacer ni un solo comentario a favor del franquismo (lo escribo en minúsculas porque de otro modo sería a mi entender, darle demasiado rango de consideración a esaépoca de nuestra historia), pues como otros muchos, estuve en las trincheras de esa lucha, desde las ordas Universitarias, pero en las que nunca vi a algunos de los que desde hace años se vanaglorian de ello, pero la cuestión ahora no viene al caso. Saco a colación este punto, pues lo que si que creo es que el gran daño que el franquismo hizo a todos los españoles, es la generación de una anestesia colectiva, que hace que el español medio, tenga la sensación de que es el Estado el que debe resolverle todo: el trabajo, la enseñanza, la sanidad, la seguridad, el futuro, etc…; por lo que ya están la clase política, perfectamente estructurada, incluso en apariencia de variación certera en cuanto a matices de la verdad, y claramente diferenciado, el bloque negativo, por lo tanto, parece obvio que le indiquen al pueblo, incluso el «voto verdadero».
De este modo, el español en general, se encuentra cómodo en su cámara de cristal, procurando no le molesten mucho ni incluso la siesta y prefiere limitar sus opiniones a conversaciones de bar, en las que incluye soluciones permanentes para cualquiera de las cosas que van sucediendo, pero que posteriormente, ni a su propio criterio crítico es capaz de dar solución, a la hora de votar y puede que tenga razón, ya que eso hay que hacerlo, !!!nada menos que cada cuatro años!!!,y todo lo padecido o agradecido durante ese tiempo, no resulta fácil condensarlo en un voto, …resulta cuando menos complicado y en definitiva, es «tan solo un voto».
Y es entonces cuando surge el bien y el mal. El candidato de turno, nos habla sobre el bien, él y el mal, los demás, y se vuelven a repetir, frases, de nuevo cambiadas en sus vocablos pero iguales en sus sentidos: «Que queréis, que vuelvan los judeo-masónicos», «que queréis, volver a lo anterior, que nos ha llevado….». En definitiva, no avanzamos.
El proceso de segundas elecciones, ahora se vuelve a polarizar, y de nuevo nos encontramos entre los bueno y los malos, y yo me quedo con la posibilidad de que aparezca ese tercero que complete el triplete: «el bueno, el feo y el malo». Algo mas de entretenimiento sí tendríamos. No les parece.
