Cultura política?…existe?

No seré yo quien se califique de culturalmente formado a nivel político, pero si que la edad me concede la posibilidad de hablar de momentos de nuestra historia en los que muchos, muchísimos de los que vemos habitualmente a través de los medios de comunicación, ni siquiera estaban pensados por sus padres, e incluso en otros muchos casos ni se habían formado las parejas que después les dieron a luz.

Aquella, realmente fué una época convulsa. Estoy hablando de mayo del 68, por ejemplo, en donde una marea estudiantil europea se enfrentó a toda una clase culturan derivada de la post-guerra en la que se habían establecido, como no puede ser menos después de treinta años, la acomodación y el hastío. Por una de esas concurrencias ocasionales del tiempo, yo sí me encontraba en París. Fue la primera vez que pisé esa ciudad, y me dejó una impronta interna tan fascinante que ha perdurado en el tiempo. No se crean, yo tenía diez y siete años, justo a pocos días de cumplir los diez y ocho, pero no, no era suficiente para alcanzar la mayoría de edad, que se obtenía a los veinte y uno. Si, para hacer ese viaje necesitaba el permiso de mis padres, y lo obtuve por tratarse de una reunión de «cerebritos».

Lo cierto es que prácticamente no me enteré de lo que sucedió, pues nos encontrábamos a una distancia respetable, visitando monumentos de los muchos con los que cuenta París, pero si sentimos sus repercusiones, ya que se hicieron eco toda la prensa y radios, así como la incipiente televisión y el resultado es que adelantaron nuestra vuelta a España.

Esto viene a cuento, por situarme en la época y en el momento en el que inevitablemente ocurrían cosas en aquellos tiempos, de los que fui testigo personal de lo ocurrido, hasta en modo activo, como iré comentando, pero que quede claro, que, al igual que sucede ahora, la sociedad en general, no era política, ni quería saber de política, simplemente, admitía lo que se les ofrecía como un mal menor para sus vidas, que poco a poco habían ido recuperando unos ciertos niveles de aceptabilidad, sin fijarse en cuantos podían participar de ello.

Si es verdad que el crecimiento de las clases medias, integradas por miles de profesionales, funcionarios y pequeños, muy pequeños empresarios había aumentado considerablemente y con ello lo que más aprecia una sociedad para su mantenimiento el comercio, fundamentalmente interno. Sí, no importaba tanto poder escoger entre varios tipos de quesos, traídos de los más variados lugares, como el poder adquirir queso, como el de bola, ese que viene envuelto en una capa como de cera roja. Si, de ese había para abundar, y el resto eran variedades locales, según la tierra donde te encontrabas, pero comer queso, se comía, y además por la inmensa mayoría de la población.

Dicho todo esto, me voy a permitir escribir varios artículos al respecto de este tema, porque viendo lo que aprecio a través de los medios de comunicación, creo que cada vez más se advierte una manipulación de lo que sucedió o incluso motivó ese cambio tan proclamado por muchos que ni siquiera habían nacido, e incluso las referencias de lo que sucedió en determinados momentos, pueden habérselo transmitido sus padres, pues eran tan pequeños que seguro no pudieron ni votar la decisión máxima que nos gobierna, la Constitución Española.

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