Porqué tantos mayores muertos…

Los mayores muertos en esta crisis del COVID 19, son proporcionalmente mas superiores a las de gente joven, pero se debe realmente al COVID 19 o a la falta de atención sanitaria, cuando sus dolencias se agudizan, por motivos generales y no por haber sido contagiados con el COVID 19.

Como tantas otras noticias de estos días, todo, absolutamente de todo se le responsabiliza al COVID 19, y nos olvidamos que cada año, por estas fechas, los estragos de las epidemias de gripe anuales, unido a las patologías que se ven afectadas y reactivadas por efectos del invierno, provocan también numerosas muertes, sobre todo en el grupo de edad superior a los 65 años.

Los datos reflejados en el cuadro anterior, realmente no coinciden con los que en su momento emitió la OMS, que fué según el doctor doctor Jesús Cuadrado: «la gripe en España ha afectado a 800.000 personas el año pasado sólo en España, de esos, se han ingresado a 52.000 y de ellos han muerto 15.000«.

Pero en cualquiera de los casos estamos en cifras realmente importantes. Por otro lado a día de hoy (21/04/2020), la cifras que el COVID 19 están en 204.178 afectados y 21.282 muertes.

Donde está entonces la discrepancia. Cual es el motivo que justifica medidas tan drásticas. En un principio, lo primero que llama la atención se centra claramente en la mortalidad, pero eso, en qué afecta a los rangos de edad.

La realidad siempre aparece terca y nos rige en cuanto a nuestras actitudes. Que hace que sea esta pandemia tan especial, pues definitivamente los dos factores decisivos en cualquier proceso infectivo

  • Rapidez de dispersión y contaminación
  • Indice de mortalidad

En un principio, ese primer factor fué decisivo. Nuestra composición mundial con su globalización y viajes low-cost, hacen propicia la situación ambiente para una rápida propagación de cualquier cosa, desde un producto alimenticio, un juego de ordenador o una infección vírica. En pocas horas alguien que se encuentra en la India, se encuentra en París, con todo su equipaje, incluyendo en este los virus, bacterias y otros componentes contaminadores.

Esto hace, que la capacidad de dispersión y contaminación, sea fundamental, máxime cuando se desconoce la forma en la que se difunde y el tiempo de incubación, que por regla general, con lo que sabemos hasta el momento de ese tema a través de lo valorado en otros microorganismos, resulta completamente impredecible, tanto por la propia gestión genodinámica del vector, como por la inmuno-reacción de cada persona.

Lo que si descubrimos con el COVID 19 es que realmente el cuadro gripal que provocaba no era de excesiva atención, pero cuando se conjugaba con determinadas co-patologías resultaba nefasto, y lo sigue resultando y es en este punto en donde resulta completamente estúpido, querer dar explicaciones y establecer conductas, puesto que se desconocen los mecanismos y ni siquiera sabemos hacia donde retirar las trincheras de esta guerra bacteriológica.

Llegando al fondo de este artículo, se sigue escuchando que las personas mayores son las más afectadas, pero ciertamente, creo, que es absolutamente incierto, y además falaz, porque es precisamente el colectivo peor tratado. La realidad se impone y nos dicen que existen muertos en residencias de mayores, pero no les han realizado el test, por lo que no sabemos si se han muerto por el COVID 19, o por la enfermedad o enfermedades crónicas que se complicaron, y lo que es peor, por falta de personal médico que pudiera atenderles, y ese el motivo por el que han muerto, claro que como no vamos a poder practicarles la autopsia, será algo que quedará en el anonimato para siempre.

Constantemente escuchas por la radio y ves en la televisión, opiniones, soluciones y recetas mágicas en las que se pretende mantener a los mayores como la última fortaleza, por que se entiende que «hay que cuidarlos». No he oído o visto mayor falacia en toda mi vida. Se preocupan de cuidarlos, cuando lo que se estableció como criterio discriminatorio esencial, en el momento álgido de la pandemia, para hospitalizar o no a los contaminados, la capacidad o pronóstico de supervivencia y a los mayores de 80 se les consideró irrecuperables y por tanto no merecedores de atención hospitalizada o UCI.

Vivimos, a todos los efectos, como si la existencia del COVID 19 fuera el único factor de riesgo patológico en la sociedad. Nos olvidamos que existe otra gripe que como cada año nos asola, nos olvidamos de que los procesos respiratorios tienen sus momentos críticos para personas adultas precisamente en el invierno y comienzos de primavera, nos olvidamos…; de tantas cosas. 

La conclusión resulta tan evidente. El COVID 19 afecta por igual a todas las edades, el problema se encuentra en como recibe el virus cada organismo. Que los niños son los menos afectados, es otra falacia. La única ventaja que tienen los niños es que su sistema inmunológico ni siquiera está utilizado, por lo que les resulta mucho más fácil la generación de defensas,  aunque la presencia de patologías importantes en ellos, tambien se ha demostrado nefasta, cuando se contaminan de COVID 19. 

Los adultos lo tienen ciertamente peor, porque su sistema inmunológico está más deprimido por las múltiples acumulaciones inmuno-defensivas, pero quizás en un tiempo posterior, se hubiera podido saber el porqué de la causa real de la muerte en muchos de ellos, pues me temo que podríamos encontrarnos con muertes provocadas por complicaciones simples de sus patologías, que provocaron la muerte, no por la existencia de una contaminación por COVID 19, sino por falta de atención médica, cuando se produjo esa complicación.

Ahora nos dicen que los primeros que van a salir a la calle son los niños y creo que en realidad es más por que los padres están ya cansados de tenerlos en casa, como sucede cada verano cuando llegan esos días últimos en los que no pasan los días antes de que abran los colegios, que por justificaciones epidemiológicas, puesto que precisamente por su calidad de protección mayor, se convierten en los mayores contaminadores.

Pese a ello, se dice que los mayores serán los últimos autorizados. Me pregunto si no estaremos ante el margen de la locura social. La clase médica lleva años indicando que la mayoría de las patologías que se acumulan a partir de determinadas edades, se centran en el corazón, la circulación y las articulaciones, y que además de los posibles tratamientos la mejor forma de tratar esas patologías es «CAMINAR» diariamente unos 4-5 kilómetros. Visto los visto, habrán de cambiarse las normas terapéuticas, pero quizás habría que pensar en hacer una simple pregunta a cada uno de ellos, teniendo en cuenta lo sucedido en las residencias:

Prefiere usted morir de COVID 19 o de una embolia o una trombosis…

Imagino que habrá respuestas para todo tipo, la mía está lejos de desear una embolia o una trombosis. Por otro lado, habrá que pensar que las personas adultas, en su mas extensa mayoría, tienen la capacidad, entendimiento y disciplina, debido probablemente a sus propias experiencias y vicisitudes, como para poder entender que deben caminar y que lo deben hacer con las medidas preventivas suficientes, como para incluso evitar lo que hayan podido contaminar los niños. Me pregunto si los padres que sacarán a sus niños tendrán la misma responsabilidad social de ir descontaminando lo que sus hijos vayan dejando tras sus pasos.

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